NO SÉ LO QUE VOY HACER CON MI VIDA
Esta soledad impuesta me agota.
Qué nadie que no haya experimentado el duelo por la muerte de su cónyuge, me venga a decir que la soledad puede resultar beneficiosa. No me refiero a esa situación en las que uno pueda buscar la soledad como un momento reflexivo o de meditación, de lectura, de descanso. Sabemos que los sentimientos son personales e intransferibles. La soledad impuesta forma parte del duelo que hay que expresar y acoger mientras se asume la pérdida.
La soledad del duelo de quienes han perdido al cónyuge guarda también diferencias entre aquellos que han de seguir con sus trabajos fuera y dentro de casa. Pensar en llenar el día de contenidos no es la panacea con la que esquivar la soledad. No consiste en intentar 'distraerse'. La soledad acompaña a la persona en duelo allá donde vaya.
Desde mi experiencia puedo decir que la soledad ataca a diario de formas bien distintas, porque la ausencia es permanente en cualquier lugar y situación: en la calle, comprando, conversando, ayudando a otras personas, caminando, en el bus... y en la casa ¡ni te cuento!
Cada persona es un mundo, pero si que se da un punto en común: vivir la soledad agota.
El tiempo, dicen, todo lo cura. Aprender a vivir nuevas experiencias requiere de una flexibilidad mental importante. También hay que reconocer que no siempre se acierta y que el ensayo error es una constante, en unos momentos en los que la incertidumbre no resulta de gran ayuda.
La vejez (salvando el eufemismo de "personas mayores") es una etapa que complica el duelo por la pérdida del cónyuge; la soledad se torna una realidad apabullante. Que no digo yo insalvable, pero sí de compleja solución.
Hay que aprender a caminar sin bastón: sí. Complicado ¿verdad? Ahora que las fuerzas fallan por la edad, resulta que te quedas sin apoyo.
Del Cielo a la Tierra y de la Tierra al Cielo
Cuando pienso en tí, recuerdo lo mucho que te gustaba mi querida ciudad ¡Coruña!
En ese banco nos hubiésemos sentado juntos este verano, el primero sin tu compañía.
Aún así, siento que te llevo dentro de mí y que por eso fotografío las instantáneas que habrías hecho tú.
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