¿Estrés? ¿Depresión? ¿Inquietud?...¿Estoy envejeciendo?
Son algunas de las cuestiones que se plantean quienes años después pueden ser diagnosticados de alzhéimer.
Desde que, por experiencia he comprobado la importancia que tiene el diagnóstico precoz del alzhéimer, me he dedicado a buscar aquella evidencia científica que viene a confirmar lo que hemos vivido en casa. Quienes me conocen saben lo que deseo transmitir: mostrar el cuidado del otro con conocimiento y preservar la esencia del amor que pervive en los recuerdos, también en soledad.
La información que podemos encontrar en las publicaciones de los investigadores relacionados con los avances en la detección precoz del alzhéimer y los beneficios que de ello se derivan, me animan a compartirlo aquí poco a poco.
Ahora sabemos que la práctica continuada y la atención dedicada pueden generar nuevas conexiones cerebrales y desarrollar habilidades. No se trata sólo de talento, la práctica y la voluntad son fundamentales para la neuroplasticidad.
Ése es uno de los mensajes de la Dra. Lucía Crivelli, investigadora en CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y la Tecnología en la Argentina) editora asociada de la revista Alzheimer's & Dementia) que ha llamado mi atención al incidir en el hecho de la neuroplasticidad atendiendo a la práctica y la atención conscientes y continuados.
Sin duda la detección precoz del alzhéimer requiere de la acción conjunta de investigadores y de la sociedad en su conjunto, haciendo hincapié en los Ayuntamientos que pueden ser los primeros en sumarse al programa Ciudades Neuroprotegidas. Y en ello estamos el grupo de Cribados Seniors establecido por la Catedrática Moreno, con objeto de promover entre la población la detección precoz del alzhéimer.
Hoy los estudios científicos confirman algunos de los primeros signos solapados del alzhéimer; se dan situaciones 'incómodas' en las que la persona se halla sin motivo aparente, en edades de más de cincuenta años y que pueden ser tratados con antidepresivos. Por ejemplo:
Puede que nos olvidemos de las cosas que hicimos el día anterior: qué desayunamos, si almorzamos con alguien.
Empezamos a tener complicaciones para organizarnos: los horarios, el orden en que vamos a realizar las actividades.
Nos sentimos inquietos a la hora de realizar tareas automáticas: en los cajeros del banco, al ir a coger un transporte público.
Nos enfrentamos a sentimientos de tristeza, pérdida de interés, irritabilidad sin motivo aparente.
El último de los estudios que hoy comparto hace hincapié en la relevancia del diagnóstico precoz, desde otra perspectiva.
“Un simple diagnóstico puede marcar la diferencia en cómo se siente un paciente.”
Durante años ésa idea ha sido intuida por médicos y pacientes. Ahora, unos investigadores estadounidenses, Alan Levinovitz y Awais Aftab, le han puesto nombre: “el efecto Rumpelstiltskin” (artículo publicado en la revista Published online by Cambridge University Press: 22 August 2025).
Los investigadores se han inspirado en el cuento de los hermanos Grimm: El Enano Saltarín (Rumpelstiltskin). Si hacemos memoria: “Un enigmático personaje exige a cambio de su ayuda llevarse al primer hijo de una joven; pero le ofrece una salida: si consigue adivinar su nombre, quedará libre del trato”. Al final, la protagonista logra pronunciar Rumpelstiltskin y con ello recupera el control de su destino.
Para Levinovitz y Aftab, el simple hecho de recibir un diagnóstico puede tener un impacto terapéutico, incluso antes de iniciar un tratamiento. Razonan que, aunque no se garantice un tratamiento formal, muchas personas experimentan cierto alivio sólo por poner nombre a lo que sienten.
Desde luego, desde la experiencia vivida con mi esposo, me confirma lo que hoy comparto.
En recuerdo de Felix que hoy, siete de octubre, se cumplen once meses de mi vida sin poderle tener a mi lado físicamente.
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