viernes, 6 de junio de 2025

NOVATA 126

NO TE APRESURES...

Una voz interior me anima a que sosiegue el rítmo, cada día. 

Mañana se cumplen siete meses sin tí, y sigo sin saber muy bien lo que hacer. El día se me hace eterno: río y lloro; los sollozos a veces me impiden comer. En la noche trato de no pensar, pero los ojos se humedecen mientras te busco en vano entre las sábanas.

Quienes me saludan me dicen: "Te veo muy bien". Pienso que quieren animarme y lo agradezco, pero reconozco el cambio que he experimentado por el intenso dolor que supone el que te arranquen un miembro que sigue contigo en forma fantasma.

Llevo dos semanas escuchando ese mensaje íntimo que me invita al sosiego.

Tras la muerte de Felix, tuve que aprender a caminar al rítmo adecuado, con el calzado apropiado para la marcha en soledad. Puede parecer exagerado pero ahora tengo miedo a caerme. Esto es al parecer uno de los síntomas de estar sola. De hecho lo que temo es perder mi independencia a causa de una caída.

Es complicado vivir sin la persona que te ha acompañado tantos años, con la que has formado una familia; al menos así lo siento.

Me comentan (para animarme) que con él ya no podía mantener una conversación, y yo les contesto que, a su manera, se mantenía atento y que con sus gestos declaraba su afecto.

La enfermedad de Alzheimer es la gran desconocida y por ende temida en la sociedad actual.

Que te diagnostiquen una enfermedad degenerativa sin cura conocida a día de hoy, tiene una carga emocional que requiere de un esfuerzo conjunto de la familia y de la sociedad en el momento del diagnóstico.

Quiero recordar hoy la jornada que vivimos en el mes de noviembre de 2019, ya entonces era evidente que, en general, cuesta comprender que la persona diagnosticada de alzhéimer ha de seguir con su vida, que la actitud que tomen su familia, sus compañeros de trabajo, las amistades... la sociedad en su conjunto va a ser determinante en el desarrollo de la enfermedad. 

Al inicio, los síntomas son desconcertantes. Veinte años antes del diagnóstico pueden mostrar signos de inquietud al sentir inseguridad de hacer aquello que dominaban. Por eso es tan importante el diagnóstico precoz. Y ahora es posible. Cuando Felix comenzó con esos síntomas le diagnosticaron depresión. Pues no. No era depresión.

Son muchas la actividades que pueden ayudarle, como también algunos fármacos ralentizan el proceso de la enfermedad junto a una dieta apropiada. Pero si no se diagnostica antes de que el alzhéimer progrese destruyendo neuronas y conexiones neuronales, habremos perdido la ocasión de vivir años sin que se manifieste la enfermedad en la conducta.

En definitiva, un diagnóstico temprano es vital si uno quiere mantenerse activo el mayor tiempo posible.










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