MIMAR: UN VERBO A PRACTICAR
Cuidar, y dejarse acariciar.
Hoy (Pascua de Resurreción) una idea me invade al despertar: la relevancia de la palabra. Mientras preparo el desayuno me planteo cómo inciden los vocablos en la construcción de los mensajes.
Desde el recuerdo, siento el amparo que supone el evocar una imagen de Felix, enfermo de alzhéimer avanzado, dejándose mimar. Un gran ejemplo que, ahora de viuda en soledad, he de poner en práctica: dejarme cuidar; acoger las caricias en forma de mensajes, también los que no llego a comprender, son valiosos por el cariño que encierran.
Aceptar no implica rendirse.
La mayor proteccion acontece cuando la persona practica el verbo MIMAR. Puede que ello parezca una simpleza, sin embargo ésa práctica requiere de una generosidad y humildad en el recorrido de "ida-vuelta".
El cuidado personal tranquilo, paciente, luminoso, agradable... tiene unos efectos beneficiosos palpables: la fuerza vital capaz de estimular el cambio ante la dificultad.
Recuerdo un mensaje (anónimo) que, en su día, transmitía al alumnado: "la vida está llena de oportunidades disfrazadas de problemas". Sin duda los problemas forman parte de la vida, pero la manera de recibirlos nos puede ayudar a resolverlos.
A nadie que conozca le viene bien admitir un varapalo, mucho menos si es inesperado. El diagnóstico de una enfermedad para la que, a dia de hoy, no existe cura tiene ese impacto en el paciente y en su familia.
En ese momento crucial del diagnóstico, comienza el tránsito incierto que abre la opción de "aceptar sin rendirse".
Felix acompasa mis pensamientos. De alguna manera me hace sentir lo valioso que fue su lucha sin rendirse. Un ejemplo de dejarse mimar y de cuidarme en su lucha.
En casa (2020)
Desde el 2015 (diagnóstico PET amiloide) alzhéimer avanzado.
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