EL REGALO DE REYES

Cuando Felix me ha despertado hoy porque me necesitaba, a eso de las seis de la mañana, tras atenderle he ido a la cocina a tragar la pastilla de levotiroxina que precisa mi cuerpo para trastear el día a día. Luego me he acostado y él me ha abrazado como suele hacer al despertar.

Envuelta en sus caricias le he recordado que hoy hace cincuenta años que nos conocimos. Ya no recuerda que en esta fecha me sorprendía con un obsequio especial. Pero.... Increíblemente ¡lo ha vuelto hacer!

En breve, llamaran los nietos para saber si han pasado los Reyes Magos por la casa de los abuelos. Desde luego que sí. Es hermoso comprobar que los ya creciditos mantengan esa ilusión.

El regalo que pedía Felix a los Reyes de padre a hijas, y también a los nietos han sido mayormente libros.

Curiosamente, de alguna forma él me ha facilitado el que yo haya podido explayarme en contar algunas de mis experiencias y verlas publicadas. Los allegados, y quienes me leéis en las redes sociales estáis al tanto de que en breve se publica nuestras experiencias con el Alzheimer.

Hoy Felix me ha regalado algo increíble: La Inspiración para un nuevo relato capaz de aligerar la carga emocional y física que supone el cuidado atento y amoroso al enfermo de Alzheimer.

No os podéis imaginar el cansancio que supone para el cuerpo pasear a modo 'tortuga'. Llego a casa agotada pensando también en el avance de la enfermedad que ello supone.

La suma de pérdidas no puede mermar la voluntad ni las fuerzas que requieren comprobar el avance inexorable del Alzheimer.

Por esto agradezco sensiblemente el regalo que Felix ha pedido para mí a los Reyes Magos: cuando ya no sabe ni tan siquiera que me hacía un obsequio especial, como lo era un libro pensado para mí porque me conocía bien y me quería mucho, ahora me hace el regalo que necesito: la inspiración.

Cada persona descansa y se distrae a su manera. A mi me gusta contar historias (trabajadas) y en ello estoy: ¡ilusionada y agradecida!