ESPERANZA Y AUTOENGAÑO
Los días pasan, pasan y pasan inexorablemente.
También en vacaciones se suceden episodios que contar, sin dar tregua a la tristeza ante la pérdida de un ser querido, o bien por la compleja situación familiar que vivimos en estos momentos de zozobra moral e intelectual agazapados en el autoengaño.
¡Mejor no pensemos! Estamos de vacaciones: dicen algunos cuantos.
Soy una de tantas personas que viven la esperanza alejada del autoengaño, también en vacaciones.
El devenir de las enfermedades no dan tregua en el día a día. Te sorprendes tanto si se mantienen a raya como cuando aparece un nuevo síntoma que avisa de una nueva etapa a la que habrás de enfrentarte.
El autoengaño no forma parte en la atención de la persona enferma, ni mucho menos del cuidador.
La esperanza se apoya en el respeto, y no conozco mayor respeto que el mostrar la realidad que podemos solventar con la preparación adecuada.
Al dolor y la tristeza no se les hace frente tapando los sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario