jueves, 2 de diciembre de 2021

NOVATA 96

FAMILIA-ESCUELA-SOCIEDAD

¿Qué  principios educativos comparten? 

No dejo pasar la tentación de razonar sobre la educación; asunto prioritario para cualquier sociedad que tenga claro el objetivo de mejora.

Resulta paradójico que quienes en su día abogaron por una "sociedad de valores compartidos" excluyan ahora del itinerario escolar aquellas materias significativas de una educación humanística. Con cierta maldad de pensamiento intuyo que "inmersos en un modelo social de hipervigilancia" el objetivo de uniformidad prime sobre cualquier otro planteamiento que busque el desarrollo integral de la persona.

Cuando el objetivo es la educación integral de la persona, la mirada cambia.

En el transcurso de las dos primeras décadas del siglo XXI, mi trayectoria personal ha cambiado de estar en activo profesional a engrosar la lista de jubilados. También he pasado de ser hija a huérfana. De ser madre a gozar de los nietos. De sentir la pérdida de un hermano, y de un cuñado Y, sin dejar de ser esposa, estoy aprendiendo cada día a cuidar de mi marido enfermo de Alzheimer.

Que los cambios son una constante en cualquier trayecto que uno emprenda, resulta ser una afirmación de Perogrullo.

Como también los son (de Perogrullo) algunas aportaciones que nos aclaran la visión humanística de la persona.

Me pregunto ¿Qué sentido tiene la educación sin una visión holística?

Me cuestiono si invitamos al menor a que piense, que escuche, que se exprese razonando, que sienta lo que ocurre a diario, que observe sin juzgar, que comparta aquello que desee y, por encima de todo, que expresa su amor al saberse amado.

Sigue vivo en mi memoria aquel libro que comenzó a fraguarse en mi mente en el año 2000; que empezó a tomar forma en el 2002, y que finalmente lo editó Brief en el año 2006. Me refiero a "La conversación en la escuela. Claves para padres y tutores".

En aquellos momentos, las diferencias entre las 'tutorías' en la escuela pública, la concertada y la privada eran notorias. De ahí la motivación del texto que hacía hincapié en una premisa de Perogrullo: "Para educar la escuela no basta y la familia sola no puede".

En el punto uno del capítulo tres, se formula una cuestión que, en mi opinión, sigue siendo de rabiosa actualidad: ¿Nos ponemos de acuerdo? Y para trabajar esa cuestión se investiga sobre cuan de malos son los estudiantes, si todo depende de los educadores o cómo afectan las políticas educativas.

En las tertulias, los WhatsApp, Twitter, etc., en cualquier red social nos encontramos con opinadores de un tema candente como lo es la educación. Cada cual transmite su mensaje, algunos razonados y otros tantos no dejan de ser una opinión visceral.

Sea como fuere, a día de hoy los argumentos razonados pesan menos en la balanza. Y, aún a sabiendas de que mi opinión razonada sobre este tema no deja de ser un sentir personal, quiero explicar por qué el profesorado jubilado reconocemos el balón que nos hemos ido pasando:
En los años noventa del siglo XX entra en vigor la LOGSE, una Ley que pretende mejorar la formación del menor. Los cambios que introduce son necesarios, y así lo vemos los docentes. Pero...

Siempre hay un pero.

En este caso, los docentes de Primaria, comienzan a 'padecer' los efectos de la nueva Ley.

El Cuerpo de Directores por Oposición de las Escuelas Primarias, pasa a ser orquestado por cualquier docente que presente un plan organizativo para el centro, que sea elegido por votación de sus compañeros. Nada que objetar en principio. Pero...

El pero de este nuevo método de "dirección democrática" fue calando en cada escuela pública de tal modo que, el talante de relajación se hizo sentir en el proceso de enseñanza; realmente no había control; era mejor y sencillo ir de 'colega' que el lograr que alumnado adquiriesen los conocimientos básicos de la materia en cuestión.

Así las cosas, aquellos docentes de la escuela pública que habían sido profesores de nuestros hijos, cuando hablabas con ellos nos decían a los colegas de Secundaria: "Pronto os van a llegar los resultados de la LOGSE".

En el año 2000, personalmente comencé a comprender el significado de aquella sentencia, que también era válida para los centros concertados.

Los reinos de taifas se colaban en Secundaria, hasta el punto de que el saber no era lo prioritario, lo esencial era caerle bien al alumnado.

Las encuestas lo eran todo.

El jefe, la jefa de estudios te llamaban al orden si no cumplías con lo determinado como óptimo en las encuestas. Entrabas en la guerra de los centros educativos concertados por atraer a las familias según un ranquin de logros maquillado. Recuerdo sesiones de evaluación con el Claustro de profesorado al completo, donde primaba el pase del alumno por acuerdo y no por sus conocimientos. Todo ello en virtud de la LOGSE.

Que a nadie le extrañe lo que ahora se propone en la nueva Ley de Educación

Llueve sobre mojado.

Cuando el profesorado de Secundaria comprendimos lo que pasaba en las aulas, tuvimos claro lo que iba a llegar a las universidades. Decir que fueron buena parte de docentes universitarios los primeros en lanzar licenciados preparados de aquella manera; más concretamente salieron de las universidades literarias. Hoy los tenemos gobernando en pueblos, ciudades... 

Lo que vivimos no llega por casualidad; se da gracias a un cúmulo de despropósitos; aunque en los inicios, quiero pensar, las Leyes se hayan diseñado con buenos propósitos. Pero...

El pero en este caso parece señalar a los fines de una ideología en concreto, que se pone en marcha con la caída del Muro de Berlín, en el año 1989.

El comunismo como ideología deja de serles útil a los gobernantes que se llaman de izquierdas, y a los grandes magnates que dominan los mercados. Así las cosas, se autoproclaman garantes del progreso.

El progreso resulta ser un fraude en boca de aquellas ideologías que encubre una jugada maestra: el control de la población en pos de una igualdad ciertamente rastrera al ser provocada por intereses adulterados.

El progreso se da en un entorno de libertad personal responsable.

Sin responsabilidad la libertad se confunde con el libertinaje.

El libertinaje sobrevive gracias a los discursos falaces que se cuelan por el analfabetismo funcional que se ha ido conformando en nuestra sociedad (y otras tantas) desde las Leyes Educativas del Gobierno "progresista".

De 1990 a 2006, la LOGSE conformó la enseñanza de nuestros jóvenes. En 2006, Rodríguez Zapatero, dejó sin aplicación la LOCE (2002) del Partido Popular. En el año 2013, la LOMCE, Ley del Partido Popular denostada por la oposición, retoma el intento de primar el esfuerzo del alumnado, de motivar las capacidades que nos hacen mejores personas.

Con la nueva Ley Educativa en ciernes, se confirma la trayectoria descrita en esta reflexión:

El progreso así organizado esconde un interés concreto: el control de una población masificada gracias al pensamiento único disfrazado de libertades, que no de LIBERTAD. 

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