miércoles, 10 de febrero de 2021

NOVATA 74

VIVENCIAS (...) PROYECTOS (...)

Ayer viví una experiencia maravillosa.

En esas conversaciones que mantenemos para recordar el día a día -un valioso ejercicio para los enfermos de Alzheimer- esta semana hablamos de nuestros viajes por estas fechas. Solemos reunirnos con mi hermano y mi cuñada en Benidorm, como punto de encuentro entre Santiago de la Ribera (Murcia) y Valencia. Este año no podrá ser por razones obvias.

Recuerda Felix cómo, el año pasado, mi hermano tras haber pasado un infarto el año anterior nos dio un susto el día 13, festividad de san Valentín, al querer bailar con su mujer tuvo que sentarse y tomar la medicación rápidamente. Ya es un logro que recuerde datos recientes. Pero la sorpresa de ayer no me la esperaba. Sucedió tal cual la cuento:

-Voy a estar ocupada un rato, y no podré atenderte en los ejercicios que haces en tu despacho. Si te parece puedes pintar o dibujar. Sé que no te quedan cuadernos de Mándalas, hemos de ir a comprar en cuanto podamos. Con las piezas del Tangram sabes hacer composiciones que luego repasas, coloreas y recortas (le muestro los trabajos guardados). Y el me responde...

-¡Ya sé lo que quiero hacer! Un regalo parar ti por el día de san Valentín. Voy a dibujar algo especial.

No os podéis imaginar el bote que di. Jamás hemos celebrado con regalos esa fecha. Más allá de acudir a la cita con mi hermano y aprovechar las rebajas de invierno en Benidorm. Daos cuenta de que trajo de su memoria reciente -pronto celebraremos san Valentín-, que llevó a la acción -componer un dibujo-, con un propósito en mente -hacerme un obsequio-. No tengo palabras. Recordemos que lleva, que sepamos, diez años luchando con la enfermedad.

Para mí este hecho tiene implicaciones directas de cómo el viaje en tándem resulta beneficioso en los procesos de aprendizaje, y también en el desaprendiendo como es el caso del Alzheimer.

El proyecto de contar mi experiencia con el Alzheimer

En estos días de auto confinamiento por el contagio masivo de la COVID-19, como actividad complementaria a las muchas tareas que cada cual lleva como mejor puede, estoy realizando una recopilación de aquellas entradas compartidas, y reviso también lo que guardo en borradores; como es el caso del vídeo que comparto hoy y que me lleva a reflexionar sobre los beneficios de ser conscientes de la realidad sin tapujos.

La esperanza no deviene de pensamientos ilusorios, se fundamenta más bien en hechos sobre los que trazar las estrategias adecuadas al objetivo en concreto propuesto.

Centrándonos en la pandemia, sin duda entendemos que agrava el deterioro cognitivo de los enfermos de Alzheimer, y de otras tantas patologías dado la reclusión social que se dilata en el tiempo, incrementando la incertidumbre de un final cercano. Y es ahora, cuando las condiciones son ciertamente desfavorables, cuando se hacen patentes los beneficios del tándem enfermo-cuidador, de venir siendo trabajados en el tiempo.

Se va a notar también cómo influye la preparación intelectual de ambos, desde el punto de vista emocional, nutricional, deportivo, lúdico, y el largo etcétera de un mantenimiento saludable de la mente.

Somos seres vivos integrales: cuerpo mente y espíritu. Hemos de alimentar estas tres patas que conforman nuestra existencia. De quedar alguna en suspenso, nos sentimos caer. Sin duda todo requiere preparación. Y es un hecho que se aprende mejor si tenemos los medios, la voluntad y el apoyo para alcanzar la meta diaria.

Ahí estamos los dos juntos pedaleando discretamente; dejando que sea él quien realice las actividades a su ritmo, aunque yo esté detrás, primero. Quiero decir que el protagonista ha de sentir que puede hacer solo, que mantiene buena parte de sus facultades.

De entre los archivos rescato un proyecto del 2011, que bien podría realizarse diez años después (2021) si tenemos en cuenta el auge del aprendizaje emocional y la utilización de la formación online. Comparto la convocatoria propuesta en su día, con unos contenidos plenamente vigentes en la actualidad.

Rescato también este vídeo. Para mi, se muestra ahí el amor antídoto de la desesperanza, que ayuda a vencer temores de timoratos.



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