martes, 12 de enero de 2021

NOVATA 71

MÁS DE VEINTE AÑOS DE TRAJÍN...

La inteligencia emocional: un reto personal.

Hoy comparto en el blog la información de un curso gratuito que se imparte online desde la plataforma del IMSERSO.

Si alguien quiere unirse estará abierto durante el mes de enero. Solo hay que darse de alta en la plataforma; es muy sencillo, con el correo electrónico y una contraseña te das de alta.

En mi caso, por la mañana le dedico un rato a leer la información prevista en el temario. En concreto, el módulo segundo me ha parecido tan clarificador que por eso dejo el enlace al curso.

Llevo más de veinte años tratando de aprender a desarrollar la inteligencia emocional.

A finales de los años noventa del pasado siglo, la inteligencia emocional comenzaba a sonar entre algunos sectores de la población española. Sería Goleman, el encargado de darlo a conocer al gran público.

Por aquel entonces, yo era profesora de un módulo de Formación Profesional, concretamente RET (Relaciones en el Entorno de Trabajo) de ahí, quizá, mi motivación por indagar en la inteligencia emocional; puesto que ya se veía el interés de Recursos Humanos en la selección de personal.

Cierto que ello no venía en los libros de texto preparados por la editoriales; de modo que, en su día, realicé unos apuntes propios para el alumnado. Leí mucha teoría, que luego explicaba en el aula. Uno aprende en la interacción, de modo que, tanto ellos como yo nos adentramos en un mundo, el de las emociones, alejado del estatus académico. Una intensa experiencia enriquecedora.

Como docente debía estar al día en la formación académica correspondiente a las asignaturas que impartía; y aunque la inteligencia emocional no formase parte del currículo para mi era un reto personal porque era consciente de que ayudaba a mis alumnos en su desarrollo personal y como valor diferencial ante una entrevista de trabajo.

No he dejado de estudiar y, ahora con una pandemia a cuestas junto a un enfermo de Alzheimer, comprendo un poco mejor los beneficios de una conducta emocionalmente inteligente. 

A modo de esquema, comparto algunos de los modelos más conocidos que son de interés.


En 1990, Mayer y Salovey, plantean un modelo de habilidades que siguen una organización jerárquica.

Percepción emocional

Habilidad de identificar las emociones. Supone ser consciente de lo que sienten los demás y uno mismo.

Facilitación emocional

Aprovechar la información recibida sobre las emociones y utilizarla para optimizar el funcionamiento de las funciones cognitivas.

Comprensión emocional

Es la parte más parecida a la Inteligencia Cognitiva e implica comprender estos datos emocionales, de forma relacionada con el procesamiento abstracto y cognitivo.

Manejo emocional

Manejar las emociones de forma eficaz para el propio crecimiento y las relaciones interpersonales. Esta habilidad se trata de una conjunción de habilidades motivacionales, emocionales y cognitivas.


En 1996, Goleman, propone un modelo por competencias (en el que me fijo para trasladar al alumnado).

Autoconocimiento emocional

Entender las propias emociones, teniendo conciencia de uno mismo, de las emociones propias y de la influencia que éstas tienen en nuestra propia persona.

Autocontrol emocional o Autorregulación

Habilidad para manejar los propios sentimientos, limitando de esta manera los comportamientos impulsivos.

Automotivación

Habilidad para utilizar las emociones como elemento motivacional y dirigirlas hacia metas propias.

Reconocimiento de emociones ajenas o Empatía

Capacidad para conocer las emociones de otros y tenerlas en cuenta. Formará parte de la base de las relaciones sociales.

Relaciones interpersonales

Esta habilidad nos ayuda a establecer relaciones satisfactorias con otras personas.


En 2001, Bonano, describe tres sistemas de regulación emocional.

Regulación de control
Comportamientos orientados a la regulación inmediata de respuestas emocionales, que se realizan de forma automática. Entre ellos se encuentran la expresión emocional, la supresión emocional, la disociación emocional y la risa.
Regulación anticipatoria
Tiene lugar cuando la homeostasis está satisfecha y permite anticipar necesidades futuras y retos. Dentro de esta categoría se utilizarán los siguientes mecanismos: Expresión emocional, la risa, evitar o buscar personas y sitios, adquirir nuevas habilidades, revaloración y escribir o hablar de sucesos angustiosos.
Regulación exploratoria
Cuando no tengamos necesidades pendientes, podemos involucrarnos en actividades que nos permitan adquirir nuevas habilidades o recursos para ayudar al equilibrio emocional. Algunos recursos de este sistema son las actividades de entrenamiento, distracción, escribir sobre las emociones etc.


En 2006, Bar-On, define la Inteligencia Emocional como “conjunto de capacidades, competencias y habilidades no cognitivas que influyen en la habilidad para tener éxito en el afrontamiento de las presiones ambientales”.  Un modelo muy completo que se puede leer en el enlace.

Por último, comparto algunos de los beneficios que proporciona la inteligencia emocional.
Espero que esto suponga un empujoncito al estudio lector de esta materia tan singular como en menor medida trabajada en las aulas, y en los hogares.

Bienestar personal

Aumento del conocimiento de uno/a mismo/a, al trabajar en la identificación de las propias emociones y las situaciones que las propician.

Equilibrio en el estado anímico, al disponer de estrategias de afrontamiento emocionales para gestionar sentimientos y situaciones difíciles.

Mayor control de impulsos, al pararnos a comprender y manejar las emociones antes de actuar.

Mejor manejo del estrés, incrementando la sensación de calma.

Disminución de síntomas de ansiedad y depresión derivados.

Mejora del rendimiento académico y laboral e incremento de la motivación al poder canalizar las críticas y los sentimientos de forma constructiva.

Bienestar físico

Debido a la adquisición de estrategias para afrontar el estrés, tendrá lugar una disminución de la secreción de sustancias, como por ejemplo el cortisol, a largo plazo. Esto se verá reflejado en una reducción de las alteraciones a nivel físico en los diferentes sistemas corporales:

Cardiovascular. Ej.: Angina de pecho.

Respiratorio: Ej.: Asma.

Gastrointestinal: Ej.: Úlceras.

Inmunológico: Ej.: Mayor inmunosupresión que puede afectar al desarrollo de enfermedades como el SIDA o el cáncer. Etc.

Además, es de destacar la prevención de comportamientos de riesgo, que podrían dar lugar a accidentes, al tener un mayor control de impulsos y actuar de forma más deliberada.

Bienestar social
El entrenamiento en Inteligencia Emocional promueve la capacidad de escucha.

Mejora la habilidad de comunicación, verbal y no verbal, al tener presente también la parte emocional en las interacciones y lo que éstas nos expresan sobre la situación concreta y la persona con la que estamos contactando.

Mejora la capacidad de resolver conflictos, al ser capaces de comprender las emociones  propias y de los demás y manejarlas de forma eficaz.

Favorece las relaciones interpersonales, aprendiendo a relacionarse de una forma empática.

Mayor comprensión y mejor respuesta a las emociones de los demás, sus pensamientos y su conducta.

Si entráis en el curso, veréis información como está supe interesante.



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