LOS AÑOS PASAN...NO EN VANO
La Navidad es un tiempo de reflexión, para quienes están dispuestos a moverse.
Llevo más de una década -puede leerse en mi trayectoria bloguera- tratando de poner de moda uno de los sentimientos que expresan el amor de forma serena y bella; me refiero a la TERNURA.
Muchos autores ponen énfasis en sus escritos, en sus letras para canciones inolvidables; como lo es para mí "Miguitas de Ternura" del cantautor Alberto Cortez.
He escuchado esa canción en momentos complicados, y puedo decir que me ha ayudado a meditar sobre quién, y cómo actuar para moverme y motivar el cambio que mejore la convivencia.
A días de mi setenta cumpleaños, no recuerdo a ninguno de mis allegados a quienes el trato con ternura no haya venido a mejorar la calidad de vida.
Cierto es que, este trato no es aplicable al otro si no se vive la ternura desde el fondo del corazón. Digamos que la ternura no pasa los filtros de la razón; más bien sigue una trayectoria directa: de corazón a corazón abiertos a sentir la complicidad de una entrega sincera.
Sin duda, hoy experimentamos la sensación de incertidumbre por los acontecimientos que vivimos en casa, en España. En otros lugares del Planeta, también tienen sus motivos para estar intranquilos. Pero la razón nos invita a pensar en arreglar, primero, lo cercano. Es complejo ayudar a otros si uno anda metido en tribulaciones.
No es sencillo impulsar la idea de bondad como fuerza motora de la convivencia. Y no lo es, entre otros motivos, porque quienes dirigen sin escrúpulos a la gente, trabajan por dinero para provocar desencuentros. También hay que señalar la propia responsabilidad de convertirse en marioneta de esos vividores; aunque aquellos se valgan de potenciar una educación orientada a la manipulación.
De modo que, hoy escribo este mensaje segura de que toca el corazón de quienes lo lean dispuestos a moverse. Como advertía Einstein, "si pretendes realizar un cambio, no sigas haciendo lo mismo".
La ternura es el cambio que propongo, porque soy plenamente consciente de que imprime fortaleza de ánimo.
La ternura es la mejor amiga del alma inquieta.
Cada uno ha de tomar las riendas de sosegar su alma, para compartir la ternura en su entrono.
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