EL DIÁLOGO SANADOR
Piensa, antes de decir; escucha, antes de contestar.
Buenos días, María Ángeles. Cada cual vive este proceso (se refiere al duelo) según sus necesidades, sus ánimos, sus convicciones y sus creencias. Escribir desahoga. Y mucho. Mantente firme en ese hábito para ir sanando la herida. Quedará cicatriz, y posiblemente bien grande, pero lo importante es sobrellevarla con orgullo porque hay cicatrices que tienen mucho significado. Y en este caso, aunque duela ahora, será bonito. Mucho ánimo.
Cuando recibí este mensaje de una persona amiga a la que aprecio, y que me consta por sus hechos lo mucho que estimaba a Felix, me sentí comprendida. La herida va a cicatrizar por un motivo principal para mí, tal y como se expresa en la misiva: mi vida junto a él ha dejado una huella inolvidable que el dolor no borra. Lo bello permanece si se elige verlo.
Es cierto que, en estos momentos, la herida supura entre lagrimas, risas, rabia, ternura..., pero, sí hay un pero: de alguna forma, he sacado fuerzas para viajar. No es fácil: dejar el entorno seguro del hogar; viajar sola, cuando no lo has hecho nunca. En estos meses de julio y agosto, empiezo a comprender que, aunque estoy sola en la casa y me sienta vulnerable, un faro ilumina mi caminar: sus palabras vibran en mi cuerpo.
Aunque algunos de sus mensajes no me gustasen o no los entendiese, ahora cobran sentido. Sin ir más lejos, le decía lo pequeña que era (porque soy de baja estatura) y me respondía que yo era grande. Me parece ahora que se refería a que yo mostraba una fortaleza poco común para él. Sin embargo, para mí el carácter de Felix superaba al mío.
De alguna forma nos hemos complementado, supongo. Entiendo que mi capacidad de expresión emocional superaba a la suya. Y es curioso, en el proceso de la enfermedad, cuando la corteza prefrontal quedó anulada él comenzó a manifestar sus emociones con facilidad. Es cierto que se sentía seguro y acogido conmigo.
A veces olvidamos que atender a un enfermo de alzhéimer es comprender que sigue siendo él/ella en estado vulnerable: no recuerdan pero sienten.
El faro de la Torre de Hércules sigue ahí como seña de identidad de una ciudad acogedora: La Coruña.
Él sigue siendo para mí esa luz que ilumina el recorrido que me reste de vida.
¡Algún día te alcanzaré! Amor, mi vida...Felix.
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