domingo, 9 de junio de 2019

NOVATA 35

DÍA A DÍA

Cada segundo transcurre sin pensar, no hay vuelta atrás.

Hay semanas en los que los acontecimientos se precipitan de forma inesperada. Lo que he vivido en los últimos días me hace reflexionar sobre la convivencia en la diversidad.

"¡Cumpleaños feliz!": le cantamos a la nieta pequeña en su primer cumpleaños, toda la familia reunida feliz por el acontecimiento, al que se unen también unos primos muy queridos llegados desde mi tierra. La semana empieza alegre con la ilusión que supone tener en casa a quienes viven lejos; en Mallorca y en Galicia. Planes, todos; aunque siempre abiertos a los cambios, a lo imprevisto.

Sucede, como se suele decir, de golpe. Una llamada de teléfono de mi cuñada me anuncia que mi hermano mayor ha sufrido un infarto que le ha dejado el corazón muy tocado. También ellos viven fuera; en la costa murciana. En esos momentos tienes que pensar rápido, valorando lo que puedes hacer. Es cuando las prioridades se ponen en marcha.
Mi hermano está en la UCI, y mi cuñada puede entrar dos horas de visita al día. La familia mallorquina se vuelven a casa ese día. Mi primo me dice que nos llevan al hospital a verle. Para mí lo importante es mi marido; en concreto, procuro siempre que no pierda sus clases particulares de entrenamiento neuronal.
Espero tres días, en los que mi hermano va recuperándose dentro de la gravedad, para emprender el viaje a verles. Cuando llegamos está en una habitación, muy cansado. Muy contento de vernos. Mi cuñada muy aliviada al sentirse acompañada. En los tres días que estamos con ellos, la medicación hace efecto y mi hermano recobra poco a poco las fuerzas. El martes le dan el alta y se va a casa. Es consciente de que ha vuelto a nacer.

Ahora la reflexión.

En conversación con mi cuñada en el hospital, le expreso una idea que considero heredada de mi padre: estamos viviendo en una sociedad sin Alma. Ella asiente.

A los pocos días, los acontecimientos familiares nos reúnen en la Graduación de nuestra nieta mayor. Una gran alegría verla tan linda, dulce y natural expresando el agradecimiento al Claustro en nombre de sus compañeros de curso. Curiosamente, esa idea de Alma, la transmiten las madres y los padres de los Graduados, con un mensaje a la Directora del Centro Educativo: "Gracias por lograr que aquí prime el Alma".
Me siento tocada por ese concepto inmaterial al escucharlo en boca de unas familias que no salen en las televisiones, ni son noticia en los medios de comunicación, ni salen en manifestaciones; tan solo trabajan duro para poder sacar adelante la educación de sus hijos; son esas familias que pagan los impuestos y que nada pueden pedir; esos jóvenes que ven el futuro con esperanza porque reconocen la necesidad del esfuerzo, del compromiso, de la autenticidad, de la creatividad, de la generosidad, de la humildad, de la responsabilidad...
Pienso en la realidad actual, en la política o la justicia y observo que la convivencia en la diversidad ni se da, ni se barrunta. Las posibles causas requieren un estudio concienzudo del sentido individual de ese concepto abstracto nombrado Alma.
Sé que la sociedad vive sujeta al ego. Sé que la sociedad prospera gracias a los avances de la Ciencia y la Tecnología. Sé que el bienestar es un lujo al alcance de algunas personas, mientras otros seres humanos a duras penas sobreviven...

Entonces ¿qué hacemos con el Alma?

Se habla de lo mucho que podemos avanzar con la Robótica, y pienso que así será. Pero la fórmula del Alma, a día de hoy, se desconoce. Y por mucho que la Neurología se lo proponga, el ser Humano es imprevisible; reaccionamos segundo a segundo y cambiamos en función de lo que consideremos oportuno en el instante.
Curamos enfermedades e investigamos las posibilidades de vivir en otro Planeta, pero el Alma se nos escapa.

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