HOY, UNO DE ESOS DÍAS PARA PENSAR EN LA MUJER
La
moda de asignar un día en el calendario para que 'meditemos' sobre una causa en
concreto, nos propone que el día ocho de marzo se lo dediquemos a reflexionar
sobre la mujer.
No entro al trapo de reivindicación alguna de forma directa. La realidad social nos pone en situación de mirar ampliamente el signo esencial de ser mujer en el mundo.
La
maternidad pone un punto y aparte, la mujer lo sabe; el hombre lo intuye, en
el mejor de los casos; la sociedad está profundamente dividida ante las culturas
de los pueblos que proponen visiones bien diferentes de la mujer respecto del
varón.
Para pensar hoy en la mujer dentro de
una cultura distinta a la que vivimos como españoles, traigo una película que
invita a la reflexión desde una perspectiva cultural e institucional: Gett, el divorcio de Viviane Amsalem.
Las ideas que me asaltan tras ver el
film me llevan a compartirlas, en un intento de ordenar las emociones que me
suscita el relato.
Me hago eco de la Historia que pone
en evidencia un hecho relevante: magia,
religión y ciencia tienen mucho andado en el menosprecio hacia la mujer.
Queda tanto por hacer por lograr un equilibrio razonable que se antoja tan
complejo como imposible, aunque no inviable.
De un tiempo a esta parte, en la
cultura occidental la mujer tiene por Ley los mismos derechos y obligaciones
que el varón. Es un Principio Constitucional de todo ser Humano que se
complica, puesto que nadie puede entrar en la mente de una persona para inculcarle
los valores de la convivencia explícitos en las constituciones de los países
occidentales democráticos.
La sociedad reclama a sus gobernantes
protección ante lo que considera un derecho. Ahora bien, lo mismo se solicita
la eutanasia o el aborto con igual desparpajo que se pide la igualdad del varón
y la mujer, el derecho a decir, etc. Que no se entienda que intento mezclar
churras con merinas. Lo que sucede es que cada individuo busca ‘complacer’ su
ego y llega a confundir los deseos ―considerados legítimos― con la realidad del logro
trasgrediendo las leyes que no jueguen a su favor.
Ahora bien, por qué se dan estas
conductas y cómo llegan a calar en la gente. Nadie está libre de contar entre
sus familiares, amigos o conocidos con personas ‘chocantes’ que en un
determinado momento se pasan de frenada. Me pregunto si estas personas han
mantenido algún comportamiento escolar o familiar que llamase la atención y
haya sido disculpado; o, lo que sería peor, la actitud considerada reproblable
se obvia y deja pasar.
Aunque hoy confiamos en la Ciencia
para lograr una mejora sustancial en el reconocimiento de patologías que
acontecen en nuestro cerebro, no es menos cierto que los científicos son
partícipes en creencias que han estigmatizado a la mujer, la histeria, por
ejemplo.
Por si alguien no lo recuerda, a
principios del siglo XX (ayer) se mantenía la creencia llegada de hace tropemil
años (1900 antes de Cristo) sobre la histeria y su relación directa con un
órgano femenino, el útero.
Patidifuso se queda uno al pensar en
tantas mujeres estigmatizadas por una enfermedad que nada tenía que ver con la
condición femenina. Y lo verdaderamente significativo es preguntarse el porqué
de tal asociación “histeria-mujer”. Máxime cuando se sabe que también el varón
la puede padecer. ¿A caso los síntomas en él se disculpaban? Sea como fuere,
unos cuantos investigadores en el tiempo se han revelado auténticos misóginos.
Sé que hoy no se espera esta reflexión de la mujer, pero lo que hay en el mundo es lo que tenemos en nuestro país fuera de las Leyes que son en España de las más avanzadas del mundo. Pero...¿se cumplen?
El ejemplo desde diferentes ámbitos públicos y privados vemos que en nuestro país hacen pensar en las Leyes son eso que si puedo me las salto.
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