EN EL TSUNAMI DE LOS RECUERDOS
Cada persona guarda en su corazón la fecha en el calendario que cambió su vida.
El recuerdo primero al levantarse hoy. 29 de octubre de 2025, es para cualquier valenciano una fecha aciaga. Nos sumamos al dolor de quienes han perdido a sus familiares queridos, sus casas... ¡su vida!
También para mí, concretamente hoy, recuerdo el pico de esperanza que ese día viví junto a Felix en el Hospital; había ingresado por Neumonía bilateral el día 23 de ese mes. Y, aunque inicialmente la doctora que le atendía me había comunicado que era el final, y que ese final era morir de inanición, me revelé ante semejante argumento. Claramente le dije que en el siglo XXI nadie podía decirme que mi marido iba a morir de inanición. Se pusieron a ello y, poco a poco, parecía que podría recuperarse.
Me sentía feliz pensando que volveríamos a casa. Pedí que se le implementasen todos los cuidados necesarios y solicité los cuidados paliativos en el domicilio; sabía por los doctores que en casa habría de seguir con goteros para mantenerle hidratado, medicado y alimentado.
Concretamente, el día 30 de octubre, un familiar iba a recoger una cama articulada y llevarla a casa. También había solicitado en un establecimiento de Ortopedia una silla de ruedas especial determinada por la doctora.
Un día después de la Dana, concretamente del 30 de octubre al 3 de noviembre, en el hospital hicieron todo lo posible por atender a los pacientes, y puedo asegurar que su labor fue encomiable. La doctora que le atendía no pudo estar esos días al estar incomunicada.
El día 3 de noviembre de 2024, ha quedado marcado a fuego en mi ser. Al medio día se ahogaba delante de mí; le hicieron una aspiración que me dejó helada. La fiebre regresaba anunciando una nueva Neumonía bilateral por aspiración. Se ahogaba en su propia saliva, en los líquidos que tomaba con espesantes. Ese día supe que no volvería a casa con ÉL
El Alzheimer Mata
La doctora que le atendió en esos momentos me explicó que había llegado el momento de la sedación. Que era un hombre joven y sano (fueron sus palabras) y que por ello el proceso podía durar días. Felix tenía 81 años recién cumplidos, y su analítica era de 'libro' sin haber tenido que tomar medicación alguna salvo la prescrita por el alzhéimer.
Le pedí a la doctora que esperásemos al día 5, para que toda la familia, sus hijas yernos y nietos pudiesen despedirse de él. Y así pudo ser.
El día 4, Felix DISFRUTÓ de la música, los abrazos, los besos, las risas de todos nosotros a su lado. También le visitó el sacerdote y rogamos por la sanación de su Alma.
Voló el 7 de noviembre, en paz y rodeado de cariño.
Quiero dejar una nota final de alegría: un 29 de octubre de 1962, se casaba mi hermana; una joven de 20 años guapísima. Yo tenía entonces 12 años. Las dos estamos viudas y seguimos manteniendo el vínculo familiar que heredamos de nuestros padres.
La familia extensa ayuda a superar los momentos difíciles que a cada persona le depara la vida.
Las sociedades que olvidan los valores que se transmiten desde las familias, pierden el sentido humano de la existencia.
Tras la tempestad, retorna la calma
Distinta calma
Nada es lo mismo
Sin Tí
Mi Amor.

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