REFLEXIONES COMPARTIDAS
Uno de tantos recuerdos de los últimos años que disfrutamos juntos, mientras el alzhéimer avanzaba inexorablemente.
Comparto hoy aquel encuentro del año 2022. Te recuerdo sentado a la mesa de la profesora Lucrecia Moreno, sonriendo mientras me mirabas y escuchabas lo que yo contaba a los alumnos: cómo vivíamos la enfermedad en el hogar.
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Los recuerdos puede servir de estímulo para tomar el mando de la recuperación en el duelo. Cuando enviudas no tienes ni idea cómo va a ser tu vida; no sabes lo que serás capaz de lograr. En estos momentos, cuando se va a cumplir un año sin tí, comienzo a sentir lo que no soporto. No quiere decir esto que antes lo aguantase, pero hay un antes y un después.
Cierto es que la persona no cambia de un día para otro; ni tampoco uno modifica el carácter así como así. A pesar de ello, se puede rectificar la conducta si la persona comprende el porqué actúa de un modo u otro.
El aprendizaje es signo de vitalidad, de trasiego neuronal. Y si el duelo lastima conviene rastrear en nuestras emociones y en aquellos sentimientos que ahora no se soportan.
La vida sin la pareja mantiene en vilo al que sobrevive.
Te percatas de cómo lo que has vivido ha moldeado tu personalidad; puede que percibas una valentía insospechada. Te reafirmas en que somos seres vivos capaces de aprender a aprender; de aprender a cambiar.
Son momentos de compartir ESPERANZA y AMOR.
Toda tu familia te recordamos y añoramos; estamos convencidos de que nos sigues protegiendo: GRACIAS, FELIX.

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