La competencia emocional por descubrir
Cada día al levantarme doy gracias por los dones recibidos.
Procuro recordar a lo largo de la jornada que somos lo que mostramos, aunque nos empecinemos en echar balones fuera en lo que respecta a nuestras actuaciones.
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Nos sentimos vulnerables ante el horror de tanta muerte en aras de no se sabe qué: terrorismo, suicidas, malos tratos, guerras, drogas, etc., y olvidamos que el conflcto lo lleva uno consigo mismo.
Me pregunto: ¿a quién compete la educación de las emociones?
En 2008, vio la luz literaria un estudio que había realizado en el aula durante los años 2005 al 2007. Se trata de un programa educativo que mantiene su vigencia a la vista del desarrollo emocional que muestra la población en general.
Quizá no nos hemos tomado en serio esto de atender al proceso que siguen las emociones y sus expresiones.
En estos momentos, los sentimientos siguen la ruta televisiva del griterío al llanto del insulto a la calumnia...y ahí nos quedamos tan agusto. Sin embargo nos echamos las manos a la cabeza cuando un acto violento violenta nuestro apacible mundo mediático.
Sí. Todo apunta a que vivimos sin reconocer lo que mostramos abiertamente negándolo.
Semejante contradicción deja al más pintado de los mortales humanos al socaire del mejor postor.
Dejo un guión del programa.
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